En la obra de Ezeiza se habían dado cuenta que se podían caer los andamios minutos antes que sucediera
Una empleada de la contratista encargada de los andamios tomó una fotografía unos 15 minutos antes del incidente que le costara la vida a José Bulacio en la ampliación de la terminal de Ezeiza. El capataz habría subido a alertar a los seis obreros que estaban trabajando. El sobrepeso habría generado la caida.
El accidente del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que terminó con la muerte del capataz José Bulacio, fue producto de la presión para apurar la obra para que Mauricio Macri pudiera estar presente en una inauguración muy parcial.
Entre la documentación secuestrada por el el juez federal Federico Villena hay una factura en la que consta un pago a la contratista TANE (a cargo de los andamios) en concepto de “aceleramiento” de la construcción de un sector del Zeppelin, como llaman a la nueva terminal. Es decir, se pagaba en ese caso para apurar el paso.
La reconstrucción que acaba de realizar el juzgado con peritos y testigos empezaría a confirmar también que la cantidad de materiales y personas ubicados sobre los andamios endebles, que no estaban fijados a ninguna plataforma o punto fijo, fue seguramente la causa del derrumbe donde perdió la vida Bulacio y quedaron otros 13 trabajadores heridos.
Un testimonio que fue incorporado a la causa es el de una trabajadora, empleada en una de las 30 empresas contratistas.
La mujer fotografió la estructura que se derrumbó 15 minutos antes de la tragedia. Y capturó la imagen justamente porque veía que un sector de los andamios se estaba doblando y se lo veía inclinado.
En ese momento habló con otra mujer de Seguridad e Higiene, quien a la vez fue a alertar sobre la situación a Bulacio, el capataz de TANE S.R.L. Bulacio subió –según los testimonios- para alertar a los obreros sobre esta situación, y todo parece indicar que ese fue el momento en que cayó la estructura. Había seis personas arriba, a 18 metros de altura.
Los obreros iban pasando materiales de un andamio a otro para apurar el paso, lo que determinó que hubiera sobrecarga de peso (también por la presencia de demasiadas personas en poco espacio), por lo que finalmente todo se desmoronó.
La estructura está compuesta por varios andamios encastrados por eso iban pasando de uno a otro. El otro dato que daría cuenta de una falla de seguridad es que las torres no estaban “arriostradas”, es decir enganchadas, aseguradas, a un punto fijo.
A la reconstrucción asistieron peritos de la Policía Federal y de la Ciudad de Buenos Aires, además de expertos de una universidad. También fueron los principales testigos, tanto trabajadores como empleados de Seguridad e Higiene.
Muchos de los más de 30 testigos que declararon hablaron del apuro. El juzgado intenta determinar la causa y la mecánica del accidente. A la vez, tendrá que identificar responsabilidades en la cadena de seguridad.
En la inspección, por ejemplo, los presentes pudieron advertir que había diferencias en los materiales con que estaban montados los andamios de distintas empresas. Entre los restos de la estructura de TANE, la que colapsó, se observaron caños doblados y uniones entre ellos completamente vencidas.
Ahora el juez analiza también la responsabilidad del Organismo de Regulación del Sistema nacional de Aeropuertos (ORSNA), donde Villena hizo un allanamiento y secuestró documentación que podría ser valiosa para la causa.
El ORSNA tiene un área que es la que se ocupa de fiscalizar (planos, personal, horarios de trabajo y todos los detalles de las construcciones en aeropuertos). También bajo la lupa está el papel del Ministerio de Trabajo Bonaerense y el de la Secretaría de Riesgos del Trabajo. El papel de la UOCRA es igualmente relevante. El sindicato dijo haber denunciado irregularidades, mientras que la empresa concesionaria había contratado una consultora que se ocupaba de seguridad e higiene. Buena parte de la obra estaba a cargo de TGLT, empresa que absorbió parte de la constructora del amigo presidencial Nicky Caputo.