Todos los alegatos que se escucharon antes del veredicto

Para la defensa de Núñez, los asesinos de Mónica Ramos -que serían "más de un autor"- "están sueltos"

La abogada Mirtha Esley, defensora del condenado a prisión perpetura, dijo que tenía "la convicción de que fueron a buscar un pendrive que tan celosamente guardaba la víctima, y los puntazos dados no fueron al azar porque buscaban una información que no la podían conseguir. Ese pen drive lo tenía una amiga que no se puede acceder porque estaba encriptado". Remarcó además que "hubo más de un autor en esto", además de sostener la inocencia de Héctor Federico Núñez: "No hay elemento dentro de la causa para poder acreditarle algún tipo de responsabilidad".

La última jornada del juicio por el homicidio de Mónica Ramos, desarrollada ayer en la Sala Oral N° 1 de los Tribunales de San Luis comenzó minutos después de las 10 horas y se extendió hasta las 21:30. La audiencia incluyó la declaración de ocho testigos y la de Federico Núñez, los alegatos de la fiscalía, de la parte querellante y de la defensa, y finalmente el veredicto condenatorio a prisión perpetua emitido por el Colegio de Jueces.

El debate para esclarecer la muerte de la docente de 61 años se realizó en cuatro jornadas y bajo el nuevo Código Procesal Penal. El tribunal estuvo integrado por Adriana Lucero Alfonso, Fernando de Viana y Virna Eguinoa.

Los alegatos de las partes

La primera en hacer uso de la palabra fue la fiscal Virginia Palacios Gonella. La representante del Ministerio Público Fiscal ordenó su alegato respecto a un lema que mencionó durante los alegatos de apertura: “mató para robar y lograr su impunidad, y mató causando mayor sufrimiento en la víctima”.

Su intervención:

Transcurrieron varios días, pasaron varios testigos que sin lugar a dudas dieron plena constancia y fe de lo que hemos tratado de reconstruir en distintos tramos para tratar de demostrar el criminis, el móvil y el conocimiento previo, como los elementos subjetivos y objetivos que avalan la subsunción en la que este Ministerio Público Fiscal formula acusación en contra del señor Núñez.

Nuestro lema fue “mató para robar y lograr su impunidad, y mató causando mayor sufrimiento en la víctima”. En ese orden de idea, tenemos por probado que el lugar del hecho fue el domicilio sito en Belgrano 110 de esta ciudad de San Luis y que hubiera de tener su ocurrencia el 3 de marzo de 2020.

En lo que respecta a la figura del robo calificado su comienzo de ejecución se verifica a las 6:30 horas. El escalamiento es tal y como lo hemos reseñado. El hecho mismo del robo y el incendio lo ha sido entre las 11 y las 13:30 horas.

Circunstancias previas de Ramos

Pudimos probar que la víctima se encontraba en su domicilio. Entre las 8 y las 11 horas estaba con la señora Eulogia Vílchez, que la ayudaba a hacer las tareas domésticas. La mujer refirió aquí que había llegado a las 8 de la mañana, que como era de costumbre, Mónica limpiaba escuchando música fuerte. Esa era la antesala en vida de Mónica Ramos.

Nilda Torres, su vecina de toda su vida, también acredita esta actividad. Pudimos exhibir aquí en pantalla la grabación que da cuenta el egreso de la señora Vílchez del domicilio de Ramos a la hora 10:18.

Martín, el hijo de Mónica, nos señaló que los martes y jueves su madre se quedaba en su domicilio por la mañana. La testigo Ana Maldonado nos dijo que Mónica tenía pensado ir al mediodía al Instituto, pero lamentablemente eso nunca sucedió. Tenemos a una mujer sola en su casa a expensas de una persona que la seleccionó cuidadosamente con un móvil de tipo económico.

Circunstancias previas de Núñez

Realizó tareas de vigilancia, de inteligencia y que fueron ir y venir por frente de la casa de Ramos, cruzar de calle, estar en una situación permanente de alarma, estar al acecho, a la espera, buscando la situación oportuna para ingresar al domicilio. Esa vigilancia la acreditamos fehacientemente a través del material fílmico que exhibimos. La licenciada Carina Bernal nos mostró secuenciadamente el paso de Núñez, una y otra vez, por la casa de Ramos.

El punto ciego

No es un invento de este Ministerio, es justamente donde termina la casa colindante del lazo izquierdo que lleva la numeración 130 hasta donde casi culmina la casa colindante del otro lado al de Mónica y que lleva el número 106. En ese ir y venir, se verificó que Núñez miraba hacia arriba, mirando las cámaras. Ese punto ciego es el lugar del escalamiento, donde no toma la cámara.

El comienzo de ejecución del delito de robo. El móvil dijimos que fue el robo. Núñez desapoderó de bienes a Mónica Ramos. Pudimos determinar que la casa colindante mirándola de frente, de numeración 106, es de fácil acceso. No así, la de numeración 130. Los techos de Mónica y del colindante 106 estaban unificados. El imputado permaneció allí. El escalamiento en descenso dejó huellas de derrape de reciente data. Presentaba dos puntos de apoyo, uno era un elemento que se encontraba pegado a la pared que se utiliza para colocar las mangueras y el otro era un techo que tenía un hundimiento de apoyo.

Desde allí llegó a la puerta trasera que conecta el patio con la vivienda. Los testigos dijeron que Mónica solía dejar la puerta trasera abierta y por allí ingresó Núñez.

Cobra relevancia documental el informe del Departamento de Delitos Complejos en orden a la reconstrucción virtual. En orden del escalamiento cobra relevancia la documental que se le ha exhibido al tribunal. Se investigó a varias personas, se siguió hipótesis, se les secuestró teléfonos. Federico Núñez está sentado acá porque hay pruebas en su contra que mató con ensañamiento a Mónica Ramos.

Escena

El hecho nos mostró una escena desordenada. Núñez entró y la neutralizó a Mónica en el baño, asestándole 21 puñaladas. Algunas comprendieron actos de defensa porque ella estaba en el baño, de entre casa, con una musculosa. Puñaladas hechas con el mismo elemento punzocortante. Siete fueron en la parrilla costal izquierda, tres en la parrilla costal derecha, una lesión en el dedo pulgar y en el antebrazo, de defensa. También presentó heridas punzocortantes en el cuello y una de ellas fue la causante del shock hipovolémico que constituyó la causa de muerte.

La muerte de Mónica no fue inmediata. Al autor de este hecho no le bastó con asestarle un puntazo sino que la neutralizó causándole más sufrimiento, dejándola agonizando ocho minutos según dijo la médica forense. El autor la deja en el baño, librada a los últimos momentos de su vida.

La escena arrojó el móvil. Núñez después de quitarle la vida a Ramos generó cuatro focos ígneos. Primero buscó en todos los rincones de la casa. Los lugares más revueltos era su vestidor. Luego de todo eso necesitaba borrar la escena del crimen. El primer foco ígneo lo hizo donde estaba la víctima. Lo hizo con tela y papeles. El segundo foco lo hizo en el vestidor, el lugar que presentaba más daños. El tercer foco fue en la habitación y el cuarto foco en la habitación superior. Fueron cuatro focos independientes, autónomos, pero con el mismo combustible.

El morral

El morral presenta toda una historia alrededor que parece de ciencia ficción. No existen motivos para desconfiar en la testigo Florencia Allende. Núñez le había dicho que le habían robado ese morral pero que en realidad lo había escondido y que días previos al homicidio andaba con ese morral. El latiguillo que usó como coartada no le salió con su otra pareja, Barbara Kart, porque a ella le dijo que se lo habían robado el 3 de marzo. O sea, se lo robaron en el 2018 o en el 2020, o nunca se lo robaron. La verdad es que era de él y no se puede hacer cargo.

¿Quién vio por primera vez el morral? Paola Herrera, maestra del jardín de infantes del frente de la casa de Mónica. Ella iba llegando 13:30 horas, ve el fuego y el morral. Se cruza y le dice a Alejandra Camargo, la dueña de la institución. A ambas le pregunté si habían visto a alguien dentro de la casa y me dijeron que no. Otra testigo también vio el morral y dijo que lo abrió pensando que era de Mónica Ramos. Todos dijeron que no había nadie que podían haber contagiado la escena. Todo se fotografió, se preservó, se perimetró. No existen dudas que ese morral era de Núñez y que hizo todos los malabares para no hacerse cargo.

Núñez dijo que le robaron dos veces el morral pero que jamás hizo la denuncia. Ese morral estaba ahí porque fue él quien mató a Mónica Ramos. Que tenga o no hollín me parece un dato menor. Si yo intento hacer fuego no voy a esperar que se queme todo para salir.

El móvil

Se encuentra acreditado a partir de los testimonios de testigos, que Mónica Ramos tenía un buen pasar económico. Tenía cajas de ahorro, cajas en monedas extranjera, ahorros en dólares. No tenemos duda del móvil a partir del cual ingresó Núñez. La gente de alrededor de Mónica sabía que ella tenía dinero. Mónica era devota de la Virgen de la Medalla Milagrosa y se cansaba de hacer donaciones. Es una vergüenza que Omar Britos, el sacerdote a cargo de esa iglesia hoy no esté presente, porque Mónica era amiga de él. El sacerdote tendría que haber declarado, conocía muy bien a Mónica, que llenaba de flores la iglesia, que hacía donaciones en moneda extranjera. Tenía un lindo auto. En medio de todo eso apareció Núñez.

Después de la misa que hicieron por Mónica Ramos, Britos le dijo a la hija que conocía a Núñez y que había venido a la iglesia. Esto se debe a que Núñez salía con Florencia Allende, que era hija de los ministros de la eucaristía. No fue un robo al azar, la conocía.

La víctima

Mónica Ramos es, para el recuerdo de toda esta gente que la lleva en su memoria, era una muy buena madre, una luchadora, una trabajadora. Una mina que se la bancaba, que afrontó un divorcio, que luchó por sus hijos, que tenía una relación envidiable con Martín y profunda con Pamela y sus nietas. Fomentaba que sus hijos volaran por si mismos.

El imputado

Núñez tiene una altísima escala de mendacidad. Es una persona que mostró ausencia de resonancia afectiva con el hecho. Es una persona que niega, oculta, que falsea. El médico forense dijo que todos estos rasgos de personalidad, si bien, no constituyen una patología, pueden conformar una dinámica de tipo narcisista. Esta mendicidad llegó a un punto donde no fue posible sostener la mentira. Su puesta en escena quedó al descubierto en estas audiencias, en su gestualidad, en su forma de mostrarse.

La acusación y el pedido de pena

La acusación contra Núñez es en orden del delito de robo calificado por el escalamiento en concurso real con el delito de homicidio criminis causa y homicidio por ensañamiento en concurso ideal con el delito de incendio, todo en calidad de autor. Este Ministerio Fiscal solicita que dicte una sanción condenatoria e imponga la pena de prisión perpetua para Federico Núñez.

El debate para esclarecer la muerte de la docente de 61 años se realizó en cuatro jornadas y bajo el nuevo Código Procesal Penal. El tribunal estuvo integrado por Adriana Lucero Alfonso, Fernando de Viana y Virna Eguinoa.

El alegato del particular damnificado

Santiago Saín, representante de los hijos de Mónica Ramos, adhirió a las pruebas presentadas por la Fiscalía/cómo fueron narrados los hechos por la Fiscalía, y solicitó la ampliación de los cargos imputados a Núñez. “Esta querella va a proponer que estas conductas llevadas a cabo por Federico Núñez se encuadren en homicidio triplemente calificado por alevosía, criminis causa, violencia de género, femicidio en su versión no íntima, todo ello en concurso real con robo calificado por escalamiento e incendio doloso”.

En cuanto a la alevosía explicó que el ahora condenado “seleccionó” a Mónica Ramos “por ser mujer, mayor de edad, jubilada, en una evidente relación de poder. Núñez al momento de los hechos tenía 32 años e ingresó armado a la casa de Ramos. Ingresó planificando un robo y un asesinato porque conocía a Mónica Ramos y Mónica Ramos lo conocía a él”.

Agregó que en estas circunstancias se dio una “relación de poder” ya que Núñez tenía 32 años y Ramos, 61. En cuanto al agravante de femicidio advirtió que es necesario preguntarse: ¿si se hubiera tratado de otro género, los hechos hubieran ocurrido de la misma forma? Consideró entonces que el tipo de femicidio “no íntimo” estuvo comprobado en esta causa. “Lo que hay que analizar es la forma en que se dieron los hechos y si el género fue un factor significante”.

Núñez merodeó la casa de Mónica Ramos el día 2 de marzo entre las 21.30 y las 22.30, once veces. No solamente merodeó sino que se aseguró que Ramos entrara sola en su automóvil. El último paso de Núñez refleja la entrada de Mónica Ramos a la casa. Allí termina la planificación de esa noche y volverá a las 6 de la mañana merodeando 6 veces más hasta ingresar por el punto ciego, que no es al azar porque estaba totalmente meditado, desarrollado y planificado por Núñez.

Luego, los planimetristas y la División de Delitos Complejos probaron que Núñez se ocultó en dependencias de la casa, permaneció en un sobre techo que tenía la casa de Mónica Ramos, donde para actuar sobre seguro, esperó primero que se fuera la señora Vilchez, quien era la que hacía los quehaceres domésticos en ese día que se retiró a las 10:18 hs. Entonces cuando Núñez vio que ya no existía ningún riesgo para su persona y tomando totalmente desprevenida a Mónica Ramos que estaba en su baño, ingresó al domicilio, le dio 21 puñaladas, como si eso no fuera poco le prendió fuego y Mónica así agonizó y murió.

Con el tema hollín, creo que ha quedado totalmente claro y esclarecido del tiempo que se necesita estar dentro de un incendio para que tanto las prendas, como en este caso una mochila, tengan hollín, digo que tenía que haber un fuego avanzado. Evidentemente Núñez no se quedó a ver si en la casa de Ramos el fuego avanzaba; se retiró y en la huida perdió cosas por algún estado de shock, pero fue perdiendo cosas. En base a ello, reitero el pedido de la querella, que sea este encuadramiento de la conducta de Núñez en homicidio triplemente calificado por alevosía y criminis causae y por violencia de género y por mediar femicidio en su versión no íntimo, todo ello en concurso real con robo calificado con escalamiento e incendio doloso.

La palabra de la defensa

La abogada Mirtha Esley, defensa de Núñez, fue quien cerró la ronda de los alegatos. Dijo que su defendido es inocente y que no había pruebas que lo vinculen al imputado con el homicidio.

Su intervención:

No hay elemento dentro de la causa para poder acreditarle algún tipo de responsabilidad. Eso lo dije en la primera audiencia. La Doctora Palacios es muy verborrágica, y enfáticamente ha desplegado un alegato que no se relaciona con las pruebas. Está acreditado únicamente el morral, el desplazamiento de mi defendido frente a las cámaras y la muerte de la señora. Está acreditado que el auto de la señora abandonó la casa a las 13 horas. Esos son datos materiales. Desde mi experiencia, con muchos años de servicio y magistratura, siempre desmenuzábamos el hecho materia de acusación y después la subsunción respecto a la calificación. En esta investigación se comenzó por las ramas y no por las raíces.

La abogada desconfió de la “memoria llamativamente extraordinaria” de efectivos de la Policía a la hora de declarar dos años y medio después de su intervención. “Me llamó la atención también que se puso mucho énfasis en las ex mujeres que había tenido mi defendido. Todas ellas despechadas”.

El brigadista Rosales, brigadista de calle, se fija en los antecedentes de Núñez y no encontraron nada. Una sola vez fue a la jefatura a buscar un certificado. A la familia tampoco le encontraron nada, son gente laboriosa, decente. Al octavo día dieron una orden de allanamiento y detención.

Ninguno de los testimonios, ni de los vecinos, ni amigos, conocen a Núñez, no tenían idea. No se pudo reconstruir el hecho porque no hay elementos de cargo que lo posicionen a Núñez dentro de la casa.

A mí me sugiere y lo digo con más énfasis, hubo más de un autor en esto. El desorden que había en el lugar, me hizo pensar que el despliegue de todas estas cosas fue producto del agua que arrasó los elementos. El bombero y el croquista dijeron que no, que eran cosas que habían sido hurgadas, removidas, con anterioridad. Entonces, tengo la convicción de que fueron a buscar un pendrive que tan celosamente guardaba la víctima, y los puntazos dados no fueron al azar porque buscaban una información que no la podían conseguir. Ese pen drive lo tenía una amiga que no se puede acceder porque estaba encriptado.

Mónica Ramos estaba amenazada desde hace mucho tiempo. Todas las amenazas que sufrió era para que saliera de la casa y ella no quería dejar la casa sola. Muchas veces dejaba el auto como señuelo, ella temía algo.

Creo en alguien que planificó, usó la inteligencia, borró las huellas y simuló el robo del auto. Todo eso son mecanismos de distracción. Se buscaba otra cosa. Fue torturada para buscarle información. Lo cierto es que no hay elementos que ubiquen a mi defendido dentro de la casa, por más mentiroso que sea. La única certeza es la muerte de Mónica y lo demás son hipótesis y conjeturas. Creo que los asesinos están sueltos, y entre nosotros. No es un crimen de una sola persona, es imposible.

 

 

 

 

 

 

 

 
   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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